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Mostrando entradas de octubre, 2015

Nadie

Nadie quiere vivir la vida que tiene. Queremos huir, evadir nuestra realidad, salir de la calle que habitamos. No importa el destino, el país, el lugar o el espacio. Si hace frío, calor, si es grande o pequeño. Si está la familia o viven amigos allí. Lo importante es no estar aquí. En este lugar que el destino, o Dios, o uno mismo escogió para vivir. Todos queremos no estar, no vivir donde vivimos.

¿Dónde están los hombres?

¿Dónde están los hombres? ¿A dónde se fueron? En estos tiempos de transición del género, en los que se reevaluan los roles y lo que significa lo femenino y lo masculino, me parece que los que se encuentran más perdidos son los hombres. No saben cómo comportarse en los espacios y situaciones que antes manejaban a su antojo. Un hombre sin las estructuras patriarcales pierde su razón de ser, su norte. Por eso el hombre está en crisis. No sabe qué hacer con mujeres inteligentes, independientes, autónomas y empoderadas, que aparentemente, creen en sí mismas, son libres y no los necesitan para ser felices sino que los necesitan para crecer juntos, para que se acompañen en el camino.   Quizás por eso, algunos hombres sienten un gran rechazo a todo lo relacionado con el feminismo. Porque piensan que las mujeres ya no los van a necesitar más y perderían su motivación principal, que para ellos es: cuidar, proteger, conquistar y poseer.   Es necesario que los hombres y las mujeres

Ella, la bruja y la otra

Anoche soñó con vos. Venías a visitarla pero te acompañaba otra mujer;  era alta, muy delgada, mayor, y, aunque  su rostro era bello, tenía una cicatriz grande en el pómulo izquierdo que la hacía ver fea. Le decias que venías con otra mujer porque te había apoyado en momentos difíciles y que incluso te había prestado dinero, pero que con esa, nunca podías tener relaciones porque  no podía o no quería. Allí, ella saltaba sobre vos, muy molesta.  Sintiéndose traicionada, te agarraba por el cuello y te preguntaba que si entonces, sólo habías estado con ella por sexo. Pero al terminar de preguntar, te sentía cerca de nuevo, quería besarte y te decía que no importaba que fuera así.  Que te extrañaba demasiado.

Quiero

Esta noche quiero mi mano en tu pecho Tu mano en mi vientre Tu dedo en mi boca Tu boca en en mi cuerpo Tu cuerpo en el mío.